Cuando una familia llega a terapia es frecuente observarlos tensos, desgastados, enojados y a veces muy asustados, por que hay una sensación de incompetencia y desesperanza, por no haber podido resolver solos el problema y eso avergüenza a las familias. Quiero compartir con usted que está leyendo esto, que las familias hacen lo que pueden con lo que tienen en las manos,sin embargo, hay situaciones de vida que las rebasan por mucho, eso es normal. La terapia familiar es un gran recurso profesional para solucionar esos problemas y fortalecer los vínculos.